A los siete años cuando iba por calle Lemos con su papá en el auto pasó por la pista de bicicross Rawson y le preguntó que era bajada gigante con montañitas.
Su padre en ese instante detuvo la marcha de su auto y caminaron a la pista, eran las 7 de la tarde de una jornada primaveral y varios chicos de la misma de edad Tomás Haro subidos en una bicicleta saltando esas montañas.
Andrés al ver a su hijo asombrado lo invitó a que entraran al predio para observar más de cerca la acción. La adrenalina que se le generó a Tomás al ver tanta acción fue decisiva para que se consultara cuando podían volver con su bici.
Tomás volvió al día siguiente con su bici, de ruedas más anchas y lejos de lo que una bici de carrera. Pero Tomás se subió a la bici y disfrutó su primer entrenamiento con tanta pasión que le dejó claro a sus padres que había encontrado su pasión deportiva.
«Hicimos un esfuerzo enorme después del primer mes porque vimos que tenía mucho entusiasmo y quería seguir» contó Andrés el papá de Tomás.
Los primeros meses de prueba lo disfrutó mucho pero el niño por ese entonces de 7 años ya quería una carrera.
«Empecé a los 7 años, mis papas me armaron una bici con un cuadro que era más pesado del que tengo ahora. Y no tuve miedo de correr, pese a que me caí algunas veces, yo quiero seguir corriendo» cuenta hoy TomásHaro que está cursando el primer año de la secundaria.
Desde hace un par de años se sumó al Gelusa Team y ha participado de todas las fechas del campeonato local en su categoría de Novicios, pero no solo en la de su edad, sino que también se animó a otras categorías superiores.
«No me da miedo la bajada ni los saltos dobles, aprendí en estos cinco años por dónde ir, perdí muchas veces por elegir mal un lugar o parar los pedales en un lugar que no se debe. Sé que hay mucho más por aprender, pero me fijo en lo que hacen los grandes» cuenta con mucha naturalidad Tomás.
Sus padres lo escuchan hablar y esa pasión que muestra a ellos los contagia, pero a mamá Alejandra algo de nervios le genera.
«Se sufre porque uno espera que no se caiga para que no se lastime y que termine bien. La verdad que lo veo ahora y desde que empezó está más maduro y más rápido. Lo apoyamos y acompañamos siempre y hacemos el esfuerzo cuando hay que salir de la provincia» reflexiona Alejandra la mamá de Tomas.
El BMX no es un deporte que sea barato de practicar porque se requiere de elementos que son caros y el esfuerzo de los padres con su emprendimiento requiere de más esfuerzos.
«Cuando no voy a la escuela les ayudó a mis papas con la atención del corralón, a pesar la leña o vender las garrafas. Me puedo hasta las de 15 kg, es la manera de ayudar para que podamos comprar lo que nos hace falta. Para mi cumple me regalaron las llantas nuevas para las ruedas y me la está armando mi papá para que pueda correr en la fecha siguiente» cuenta Tomas que a su vez agrega que matemática es su materia preferida.
Los resultados del biker rawsino han ido de menor a mayor a lo largo de los años y todavía le queda mucho camino por recorrer.
«Al principio salía último en todas las carreras, me enojaba un poco conmigo y me daba ganas de llorar y mi mamá de decía que tenía que entrenar más para mejorar. En la semana entrenaba un poco más, me iba más temprano para probar la salida y a escuchar al profe todas las indicaciones» cuenta Tomas al mismo tiempo que muestra sus nuevas ruedas con el cuadro que tendrá a partir de la próxima competencia.
En San Juan habrá actividad el fin de semana del 21 y 22 de septiembre en la pista de Rawson y será el nuevo examen para el adolescente que viene de conseguir un tercer puesto en la fecha del nacional en la categoría novicios 12 años.
Al hablar del futuro sabe que los estudios son prioridad, pero también no deja de lado su lado deportivo.
«Me gustaría correr en un mundial, pero sobre todo estar en un juego olímpico como lo hizo el Chalo Molina. Sé que es muy difícil pero lo voy a intentar hasta que lo consiga» concluyó el pibe que no deja de soñar con llegar lejos
Fuente: Diario Zonda